Primero en mi cajón, después en la calle y proximamente en la web. Contaminando la web con mi lírica nadaíta, sin sentido y poco agradable a los ojos del mundo. Sin importar los comentarios acerca de mis preferencias sexuales y mi "supuesta" apología hacia las drogas legales y no legales, es que decidí seguir compartiendo mis textos con aquellos que se encuentren interezados en leerlos.
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